jueves, 1 de mayo de 2008

Soy yo...

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Soy yo, yo misma
encadenada al yugo
de mis vanas ilusiones;
como descalza siempre.
Y una y otra vez
piso los charcos
por mirar adelante,
piso vidrios rotos
que luego escuecen.

Todo el día con el humo
a cuestas,
dándolo todo,
acostada sobre el tiempo;
con esta rabia de vivir
que me hace daño
y me da trono,
con esta constancia inconstante;
al abrigo de mis vacíos,
a la sombra de mis zapatos.

Y quiero pararme en cualquier parte,
sentarme a meditar,
para saber dónde estoy,
donde voy
y a qué me muevo.

Dando gracias por todo,
hasta la mala suerte,
hasta por el cuchillo
y la palabra.

Lejos, lejos de todo…
como olvidada, tiesa, grave,
algo me separa
de los abismos mundanos,
y yo más mundana que nadie
y yo atada a la inmundicia.

Que me como el mundo…
aunque llore dentro;
me estoy haciendo
de un metal que me disgusta,
más errática y salvaje,
más angosta…
y mi corazón…
cada día más huraño y descreído
se amarillea
sin remedios.
Ya tiene fármacos contados
la enfermedad que uso
y veo los días contados
de mis pasiones ciegas.

Y una recta fría y hostil…
quisiera volver,
quiero volver
y no encuentro forma.


Kayele 
(Después del Fuego)

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