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En mis sueños vi un monte verde,
un lugar virgen.
Vi la playa
no pisada por el hombre,
y el océano claro,
límpido,
tranquilo.
Escuché el sonido de la selva:
croar de ranas,
aullar de monos,
aletear de aves.
Vi al azor, imponente,
esquivar veloz
las ramas de las hayas
en los bosques del norte.
Y no quería tocarlos.
No quería estar allí.
Sólo quería que existiesen...
que nadie lo estropease.
Kayele
(Equilibrista en la Sombra, IV)
En mis sueños vi un monte verde,
un lugar virgen.
Vi la playa
no pisada por el hombre,
y el océano claro,
límpido,
tranquilo.
Escuché el sonido de la selva:
croar de ranas,
aullar de monos,
aletear de aves.
Vi al azor, imponente,
esquivar veloz
las ramas de las hayas
en los bosques del norte.
Y no quería tocarlos.
No quería estar allí.
Sólo quería que existiesen...
que nadie lo estropease.
Kayele
(Equilibrista en la Sombra, IV)
2 comentarios:
Precioso poema Kayele. Sosegado y potente a la vez. De repente me he visto en la selva escuchando el sonido de los animales y viendo los árboles. Me he sentido muy libre leyéndolo. Y la imagen preciosa (de los dibujos animados franceses "kirikou et la sorcière"). Muchas gracias por tu comentario en mi última entrada. Como tú bien dices, no hay que tenerle miedo a la soledad.
Un abrazo garabato.
Ay, pues estuve buscando de quién era la imagen, que me encantó, y no lo encontré; gracias por el dato.
Un abrazo, garabata
;)
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