martes, 26 de octubre de 2010

El cerebro masculino

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Cuando encuentro personas que se niegan a admitir que el ser humano es un ser esencialmente biológico, me siento como si afirmaran que es el Sol el que gira alrededor de la Tierra, en lugar de al revés.

Quizá sea esta la próxima frontera a cruzar por la humanidad, la de comprender y asumir que el "conócete a tí mism@" de psicólog@s y filósof@s se ha transformado en "conoce cómo funciona tu cerebro", porque eso te dará las claves para comprender y manejar mejor tus sentimientos e inquietudes.

Hasta hace no demasiado tiempo se pensaba que, mientras la mujer era una especie de volcán con cambios de humor constantes a causa de sus ciclos de hormonas, el hombre no presentaba cambios considerables en sus flujos hormonales que afectaran su comportamiento. Sin embargo parece que esto no es tan simple; pese a que sus cambios no son mensuales, presenta alteraciones a lo largo de su vida que van a condicionar su manera de entender el exterior.
Esto es lo que nos revela la Doctora Louann Brizendine, neurobióloga y experta en esto del cerebro y los flujos hormonales, en una entrevista para Redes. Muy interesante.
Por si acaso aún no la habías visto.
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martes, 19 de octubre de 2010

El Ángel Negro II

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Si tu mano,
blanca y tibia, de plata, de Luna,
me ha olvidado...
ya en tus rizos
no revolotean los pájaros...

Existirán
tus ojos como estanques vidriosos,
y tu voz de tritón enfebrecido
acercándome al recuerdo.

Te devolvería el olor a violetas,
a pan recién hecho.

No hubo ni una sola fibra
desconocida por los labios,
ni un ápice de sombra en nuestras presencias.

Ser de Luz,
que me habitaste de oscuridad,
que no dejaste rastro.


Kayele 
(Sin Noticias de la Carne)



*

Sigo viendo lo que antaño
vi en tus ojos:
la fuerza, el coraje.
Siempre te escuché
gritar en lo oscuro de mi vientre,
clamando
como un padre borracho.

Guardo plumas de tus alas;
¡maldito!,
nunca me enseñaste a volar,
preferiste rondarme
desde el aire.


Kayele
(Almizcle de Hombre, V)

*


Fotografía: Ramón López


He extraviado las hojas
coloradas y amarillas del otoño;
he olvidado su crujir rasgado.

Tengo fríos los pies;
estoy demasiado callada
para sentir la escarcha
en los labios.

El viento me infla
la camisa
y miro a lo lejos...
porque lo perdí Todo.


Kayele
(Almizcle de Hombre, VI)


*

El hombre de los ojos altos
guarda su mirar en el pasado,
bebe para siempre
el tiempo del último trago,
consume, inexorable,
al diablo de papel.


Kayele 
(Sin Noticias de la Carne)


*

Nunca.
Nunca más.
Es el fin.

Un verso final
entronca en mis labios
y borra huellas que cuidé
como flores de selva.
Escupe tu nombre
lleno de rabia.
Desgarra al ídolo
y lo despide indiferente;
sin demasiado aspaviento.


Kayele 
(Sin Noticias de la Carne)

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miércoles, 13 de octubre de 2010

Mi sueño familiar

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Uno de mis poemas favoritos (concretamente un soneto) de Paul Verlaine, inmortalizado en esta pintura de Frédéric Bazille (1868). Espero que te guste.



Mi Sueño Familiar

Tengo a veces un sueño penetrante
de una mujer desconocida a la que amo y que me ama
y que no es, cada vez, en absoluto la misma
ni es otra, y me ama y me comprende.

Porque ella me comprende, y mi corazón transparente
para ella sola, ¡ay!, cesa de ser un problema
para ella sola, y los sudores de mi frente pálida
ella sola los sabe refrescar, llorando.

¿Es morena, rubia o pelirroja? Lo ignoro.
¿Su nombre? Recuerdo que es dulce y sonoro
como los de los amados que la vida exilia.

Su mirada es parecida a la mirada de las estatuas
y, en su voz, lejana, y calma, y grave, tiene
la inflexión de las voces queridas que se han matado.



Mon Rêve Familier

Je fais souvent ce rêve étrange et pénétrant
d'une femme inconnue, et que j'aime, et qui m'aime,
et qui n'est, chaque fois, ni tout à fait la même
ni tout à fait une autre, et m'aime et me comprend.

Car elle me comprend, et mon coeur transparent
pour elle seule, hélas! cesse d'être un problème
pour elle seule, et les moiteurs de mon front blême,
elle seule les sait rafraîchir, en pleurant.

Est-elle brune, blonde ou rousse? Je l'ignore.
Son nom? Je me souviens qu'il est doux et sonore,
comme ceux des aimés que la vie exila.

Son regard est pareil au regard des statues,
et, pour sa voix, lointaine, et calme, et grave, elle a
l'inflexion des voix chères qui se sont tues.


Paul Verlaine (Poèmes saturniens, 1866)

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sábado, 9 de octubre de 2010

El Ángel Negro I


Conservo veladas
repletas de estrellas;
el mundo astro de fulgor especial
colorado del sabor a viña.

Dispersas en tus cabellos
las runas de estatua
que te dibujan,
en las que me mezclo y siento,
una vez más,
el suave diván de la muerte.

Sólo tú eres como el viento,
tú que sabes dar
todo tu cuerpo a mi cuerpo.


Kayele
(Almizcle de Hombre, II)

*


Voy a ser exploradora
montañera en tu tienda,
mostrarte que mis piernas
se han hecho para sendero escarpado;
nunca tuve espíritu tacón,
no quise ese equilibrio fútil;
prefiero el que amolda las cumbres
erigiendo el abeto,
el de azor entre las ramas,
el de ardilla en vertical.

La balanza natural
hace más estragos en mí,
con su pendiente abrupta,
que la delicada inclinación
de alcobas claveteadas de perlas.


Kayele
(Almizcle de Hombre, III)


*


Miro por encima
de tu hombro y veo
lo que tú ves.

No seré forma,
cariátide, efigie;
para ti la grandeza
de los salones.

De buscar en vertederos
tengo las manos podridas.

Odio siempre acostarme
llorando detrás de la sombra
de tus sueños.


Kayele
(Almizcle de Hombre, IV)


*


Tenía tu voz...
la tinta de la pluma quebrada;
tu pensamiento fue un remolino libre,
de incongruencias.

Dónde nos ha llevado el pasado...
de ti solo silencios,
sólo más y más ausencia.

Persigo sin indicios
todos los imposibles,
errabunda de lo incierto.
Defendí sin mesura
lo que era mío.

Ya no encuentro las palabras.
No me secuestra el recuerdo.

Eras el carbón frío
de mi hoguera;
mi guerra afable y sin sentido.

Desde aquel tiempo tan bello
ya no he buscado otra cosa.

¡Locos, indecisos, arrogantes...!
¡Volved al fuego!


Kayele
(Sin Noticias de la Carne
)

*


Música: Ailein Duinn (Capercaillie - Rob Roy BSO, 1995)




Gura mise tha fo éislean / Qué afligida me encuentro
moch sa mhaduinn is mi g'éirigh / temprano en la mañana naciente

Ò hì, shiùbhlainn leat / Ò hì, iría contigo

(Hì ri bhò hò ru bhì Hì ri bhò hò rinn o ho)
Ailein Duinn, ò hì, shiùbhlainn leat / Ailein Duinn, ò hì, iría contigo

Ma 's'en cluasag dhuit a ghaineamh / Si tu almohada es la arena

Ma 'se leabaidh dhut an gheamainn / Si tu lecho son las algas

Ò hì, shiùbhlainn leat / Ò hì, iría contigo...

Ma 's en t-iasg do choinlean geala / Si los peces son tus velas brillantes
Ma 's e na ròin do luchd-faire / Si las focas son tus vigías

Ò hì, shiùbhlainn leat / Ò hì, iría contigo...

Dh'òlainn deoch ge boil le càch e / Bebería, aunque sea aborrecible,

de dh'fhuil do choim 's tu 'n déidh do bhathadh / de la sangre de tu corazón después de que has muerto ahogado

Ò hì, shiùbhlainn leat / Ò hì, iría contigo...


(Tradicional Escocia, gaélico escocés)


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sábado, 2 de octubre de 2010

El Rey

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Anoche estuve de nuevo viendo al Rey del Rock, el número uno, Rosendo Mercado. Hacía algunos años que no disfrutaba de su directo, desde aquel debut de Palabras Necias. La verdad es que está hecho un chaval, sigue rimando y escribiendo como nadie, con una energía y un sonido poderosos; sigue siendo el mismo tipo auténtico y legal que fue siempre; ese Don Quijote con sesera y denominación de origen Carabanchel. Genio y figura. Y que siga por cien años; espero ver muchos más conciertos suyos.
Por meter entre mis cosas la nariz, temazo de su album A las Lombrices (1987), en directo en la Plaza de las Ventas de Madrid; un lujazo, vamos.





Estás aquí, no me vas a entretener
encontré mi medio de locomoción;
tantas las cervezas que bebí
que perdí todo el respeto a la lección.

Oigo ladrar, mas no pases por aquí,
frenaré con cuatro acordes la agresión,
otra vez cenaremos Rock'n'Roll
pero no maldeciré mi decisión

Y yo sé que esta noche
no me vas a encontrar,
no vas a hacerme mal,
no me conoces, no me conoces.

Duelo por ti, que no sabes dónde vas
por meter entre mis cosas la nariz.
Estás tan lejos de acertar
que prefiero no tenerte junto a mí.

Y yo sé que esta noche
no me vas a encontrar,
no vas a hacerme mal,
no me conoces, no me conoces.


Letra y música: Rosendo Mercado