lunes, 25 de abril de 2011

Manifiesto

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Cuenta la historia que en 1854, "el Gran Jefe de Washington”, Franklin Pierce, hizo una oferta por una vasta extensión de tierras indias en norteamérica, concediendo la creación de una “reserva” para el pueblo indígena.
La respuesta del Jefe Seattle, más allá de su extraordinaria belleza, se ha convertido en un manifiesto clásico a favor del respeto al medio ambiente; yo he arrancado un fragmento para compartirlo contigo:




"El gran jefe de Washington manda palabras, quiere comprar nuestras tierras. El gran jefe también manda palabras de amistad y bienaventuranzas. Esto es amable de su parte, puesto que nosotros sabemos que él tiene muy poca necesidad de nuestra amistad. Pero tendremos en cuenta su oferta, porque estamos seguros de que si no obramos así, el hombre blanco vendrá con sus pistolas y tomará nuestras tierras. El gran jefe de Washington puede contar con la palabra del gran jefe Seattle, como pueden nuestros hermanos blancos contar con el retorno de las estaciones. Mis palabras son como las estrellas, nada ocultan.

¿Cómo se puede comprar o vender el firmamento, ni aún el calor de la tierra? Dicha idea nos es desconocida.

Si no somos, dueños de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas, ¿cómo podrán, ustedes comprarlos?

Cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo, cada brillante mata de pino, cada grano de arena en las playas, cada gota de rocío en los bosques, cada altozano y hasta el sonido de cada insecto es sagrado a la memoria y al pasado de mi pueblo.

La savia que circula por las venas de los árboles lleva consigo las memorias de los pieles rojas. Los muertos del hombre blanco se olvidan de su país de origen cuando emprenden sus paseos entre las estrellas; en cambio, nuestros muertos nunca pueden olvidar esta bondadosa tierra, puesto que es la madre de los pieles rojas.

Somos parte de la tierra y asimismo, ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el venado, el caballo, el gran águila; éstos son nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del cuerpo del caballo y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia.

Por todo ello, cuando el Gran Jefe de Washington nos envía el mensaje de que quiere comprar nuestras tierras, nos está pidiendo demasiado. También el Gran Jefe nos dice que nos reservará un lugar en el que podamos vivir confortablemente entre nosotros. Él se convertirá en nuestro padre y nosotros en sus hijos.

Por ello consideramos su oferta de comprar nuestras tierras. Ello no es fácil ya que esta tierra es sagrada para nosotros. El agua cristalina que corre por ríos y arroyuelos no es solamente el agua sino también representa la sangre de nuestros antepasados. Si les vendemos tierras, deben recordar que es sagrada y a la vez deben enseñar a sus hijos que es sagrada y que cada reflejo fantasmagórico en las claras aguas de los lagos cuenta los sucesos y memorias de las vidas de nuestras gentes.

El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre. Los ríos son nuestros hermanos y sacian nuestra sed, son portadores de nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si les vendemos nuestras tierras ustedes deben recordar y enseñarles a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos y también lo son suyos y, por lo tanto, deben tratarlos con la misma dulzura con que se trata a un hermano.

Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vida. Él no sabe distinguir entre un pedazo de tierra y otro, ya que es un extraño que llega de noche y toma de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermana sino su enemiga y una vez conquistada sigue su camino, dejando atrás la tumba de sus padres sin importarle. Le secuestra la tierra a sus hijos. Tampoco le importa. Tanto la tumba de sus padres como el patrimonio de sus hijos son olvidados. Trata a su madre, la tierra, y a su hermano, el firmamento, como objetos que se compran, se explotan y se venden como ovejas o cuentas de colores. Su apetito devorará la tierra dejando atrás sólo un desierto.

No sé, pero nuestro modo de vida es diferente al de ustedes. La sola vista de sus ciudades apena los ojos del piel roja. Pero quizás sea porque el piel roja es un salvaje y no comprende nada. No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni hay sitio donde escuchar como se abren las hojas de los árboles en primavera o como aletean los insectos. Pero quizás también esto debe ser porque soy un salvaje que no comprende nada. El ruido parece insultar nuestros oídos. Y, después de todo ¿para qué sirve la vida si el hombre no puede escuchar el grito solitario del chotacabras ni las discusiones nocturnas de las ranas al borde de un estanque? Soy un piel roja y nada entiendo. Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie de un estanque, así como el olor de ese mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado con aromas de pinos.

El aire tiene un valor inestimable para el piel roja ya que todos los seres comparten un mismo aliento – la bestia, el árbol, el hombre, todos respiramos el mismo aire. El hombre blanco no parece consciente del aire que respira; como un moribundo que agoniza durante muchos días es insensible al hedor. Pero si les vendemos nuestras tierras deben recordar que el aire no es inestimable, que el aire comparte su espíritu con la vida que sostiene. El viento que dio a nuestros abuelos el primer soplo de vida, también recibe sus últimos suspiros. Y si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben conservarlas como cosa aparte y sagrada, como un lugar donde hasta el hombre blanco pueda saborear el viento perfumado por las flores de las praderas.

Por ello consideramos su oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, yo pondré condiciones: El hombre blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida. He visto miles de búfalos pudriéndose en las praderas, muertos a tiros por el hombre blanco desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo como una máquina humeante puede importar más que el búfalo al que nosotros matamos sólo para sobrevivir.

¿Qué sería del hombre sin los animales? Si todos fueran exterminados, el hombre también moriría de una gran soledad espiritual; porque lo que le suceda a los animales también le sucederá al hombre. Todo va enlazado. Deben enseñarles a sus hijos que el suelo que pisan son las cenizas de nuestros abuelos. Inculquen a sus hijos que la tierra está enriquecida con las vidas de nuestros semejantes a fin de que sepan respetarla. Enseñen a sus hijos que nosotros hemos enseñado a los nuestros que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra le ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a si mismos. Esto sabemos: La tierra no pertenece al hombre; el hombre pertenece a la tierra. Esto sabemos, todo va enlazado, como la sangre que une a una familia. Todo va enlazado. Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra."


(Carta del Jefe Seattle, publicada según una versión que se atribuye al guionista americano Ted Perry)



Música: Ancestor song (Robbie Robertson and The Red Road Ensemble, 1994).





"When the last tree is cut, when the last river has been poisoned, when the last fish has been caught, then we will find out that we can't eat money."
"Cuando el último árbol sea cortado, cuando el último río haya sido envenenado, cuando el último pez haya sido pescado, entonces nos daremos cuenta de que el dinero no podemos comerlo."

(Proverbio de los indios Cree, hasta dónde he podido averiguar).

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viernes, 22 de abril de 2011

Semilla dura

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Voy a transformarme en lenteja;
quiero saber cómo siente
una semilla dura…


<<¿El suelo?
Quebrado, escamoso.
Asfixian los humos,
no brotan los musgos,
reverbera la calima en el cemento.
Cadáveres en los arcenes.
Asfalto demasiado grueso.

>>No podré sentar raíces.

>>Tengo calor,
estoy reseca.
Y dónde voy a ir yo
a germinar,
a crecer…

>>Entre matojos grises
y hierbas mustias;
flores con velos de hollín.
Baldío…
Un erial de sangre verde>>


No habría sido diferente
de haber elegido nuez,
o hayuco, o castaña.


Kayele
(Equilibrista en la Sombra, XVII)





domingo, 10 de abril de 2011

Háblame de tu casa y de tu mundo...

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Música: Tell me more about the forest (Dead Can Dance - Into the Labyrinth, 1993)




Farewell now my sister / Despidámonos ahora, hermana mía
Up ahead there lies your road / Más adelante, allí se encuentra tu camino
And your conscience walks beside you / Y tu conciencia camina junto a ti,
it's the best friend you will ever know / es la mejor amiga que nunca habrás conocido
And the past is now your future / Y el pasado es ahora tu futuro
It bears witness to your soul / Eso da testimonio a tu alma.
Make sure that the love you offer up / Asegúrate de que el amor que ofreces
does not fall on barren soil. / no cae sobre suelo estéril.

For the wind cries of late / Por el tardío aullido del viento
in the whispering grass. / en la hierba susurrante.
Our way of life is held / Nuestro modo de vida se sostiene
in the spinning wheels of chance. / en las ruecas de la fortuna.

I believe in the ways of an older law / Creo en los caminos de una ley más antígua
and the sounds I believe rose our glow / y los sonidos en los que creo alzaron nuestro esplendor
And we are changing are ways / Y estamos cambiando nuestras vías
Yes we are taking on different roads / Sí, estamos tomando diferentes rutas
Tell me more about the forest / Cuéntame más sobre el bosque
that you once called home. / que una vez llamaste hogar.

For the wind cries of late / Por el tardío aullido del viento
in the whispering leaves / en las hojas susurrantes
And the sun will turn to waste / Y el sol convertirá en residuos
the heavens we build above. / los paraisos que habíamos construido.


Father teach your children / Padre enseña a tus hijos
to treat our mother well / a tratar nuestra madre tierra
If we give her back her diamonds / Si le devolvemos sus diamantes
she will offer up her pearl. / ella nos ofrecerá su perla.
We must sing her creation song / Debemos cantar su canto de creación
Jeune du monde /Juventud del mundo
invoke the spirits that feed us / invoca los espíritus que nos alimentan
This dreaming takes too long / Este sueño se hace demasiado largo


But I'm not bitter no I'm surviving / Pero yo no estoy amargado no, estoy sobreviviendo
to face the world, to raise the future. / para encarar el mundo, para construir el futuro.
So why don't you tell me, come on and tell me /Así que por qué no me cuentas, vamos, háblame
about the world you left behind. / sobre el mundo que dejas tras de ti.
Come on and tell me. / Vamos, cuéntame.



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jueves, 7 de abril de 2011

Primavera nuclear (II)

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Imagen: Plancton



Un nuevo terremoto de intensidad 7.4 en la escala de Richter azota Japón, en la misma región próxima a Fukushima; lugar donde se ubica la misma central nuclear que está vertiendo toneladas de agua altamente radiactiva al océano.

Toneladas de agua radiactiva al océano…

El plutonio, tiene sus isótopos radiactivos, Plutonio 238, 239 y 240, como los que se estan vertiendo al Pacífico (que por otro lado ya no resulta tan pacífico); por ejemplo, el Plutonio 239 tiene una vida media de 24.400 años. El yodo 131, con una relativa vida corta de 8 días, y el Cesio 132, con una vida media de 30 años, se encuentran en las zonas marinas cercanas a la central en niveles de 5 y 1 millón de veces, respectivamente, por encima de lo considerado inocuo.

No se descarta una explosión en la central de Fukushima que pudiera producirse por acumulación de hidrógeno en los reactores… es por ello que están inyectándoles nitrógeno.



(Estupor).



Somos testigos de un cambio climático producto de la intensificación del efecto invernadero, causado por las masivas emisiones a la atmósfera en nuestro (ab)uso de los combustibles fósiles.



Aumenta la frecuencia de alergias y enfermedades relacionadas con los tóxicos que inhalamos e ingerimos a diario.



Tengo la sensación de que vivimos en conflicto con nuestras fuentes de energía, en conflicto con nuestras necesidades energéticas, delirantemente excesivas.



Se lidian innumerables guerras en el mundo, con el obvio interés por las fuentes de energía; como es el caso del petróleo de Libia. Sólo imaginar que en el futuro estas confrontaciones pueden venir originadas por la lucha por el agua potable o los alimentos libres de toxinas…



Futuro… qué palabra, ¿no?. Cuánta profundidad encierra, cuanta incertidumbre, cuanto desasosiego.



Este verano me bañaré en un mar con plancton multicolor.

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viernes, 1 de abril de 2011

Monte vírgen

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En mis sueños vi un monte verde,
un lugar virgen.

Vi la playa
no pisada por el hombre,
y el océano claro,
límpido,
tranquilo.

Escuché el sonido de la selva:
croar de ranas,
aullar de monos,
aletear de aves.

Vi al azor, imponente,
esquivar veloz
las ramas de las hayas
en los bosques del norte.

Y no quería tocarlos.
No quería estar allí.
Sólo quería que existiesen...
que nadie lo estropease.


Kayele
(Equilibrista en la Sombra, IV)