lunes, 28 de octubre de 2013

El Abuelo



Había quien decía que no había sido el hombre más cariñoso del mundo, pero para mí fue el mejor abuelo, y el único que tuve.

Me acuerdo cuando siendo un puro renacuajo me iba con los abuelos a hacer acampada libre todo el verano: allí que nos íbamos los tres. El viaje era en el Renault 18 gris, olía a habanos que fumaba él y se escuchaba a El Fary en el reproductor del coche; nos sabíamos todas las canciones. Recuerdo que el abuelo me preparaba con una cuerda entre dos robles un columpio en el que pasaba las horas muertas balanceándome. Y si la niña quería ir a buscar moras, el abuelo iba con ella y a veces también cogían naranjas: el abuelo se subía a ese árbol lleno de pinchos y me iba lanzando las naranjas desde arriba. También me enseñó a cazar culebras, y me mostró todas las rutas escondidas de la Sierra de Alardos, todos los manantiales. Me gustaba cuando venía el pastor y se paraba a hablar con nosotros, y las cabras se arremolinaban alrededor con su tintinear de cencerros.




Mi abuelo, cada año me llamaba donde yo estuviera y me felicitaba mi cumpleaños con unos versos, unas rimas que siempre preparaba. 

Mi abuelo fue arriero, iba de aquí para allá a golpe de mula; una vez le dieron una paliza los Guardias Civiles por hacer trueque; el trueque estaba prohibido en esa época. 

Mi abuelo escribía unos poemas preciosos a mi abuela; hizo las veces de plañidero cuando era niño; y muy a menudo cantaba esas coplas arrieras que tanto me gustan.

No se me va a olvidar en la vida, las navidades pasadas… conseguí que mis abuelos se bailaran, con sus octogenarias carnes, una jota extremeña que yo les cantaba, y cómo resollaban y reían después. Lo recuerdo como un momento de puro éxtasis, como cuando eres consciente de que ese instante lo vas a recordar siempre, y le succionas hasta el más nimio detalle.

Y no se me va a olvidar que la última vez que le vi estaba rodeado de su familia, y le vi sonreír, en el fondo de su delirio.

Diga cada uno lo que quiera; para mi fue un buen abuelo, el mejor del mundo; y el único que tuve.



Música: Por el Azul de este Mar (Eliseo Parra - Tribus Hispanas, 1998)

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martes, 1 de octubre de 2013

Bonito

Siempre desgarradora, esta Chavela, la Dama de la Voz Quebrada.


Música: Que te vaya Bonito (Chavela Vargas)



Ojalá que te vaya bonito,
ojal
á que se acaben tus penas;
que te digan que yo ya no existo,
que conozcas personas mas buenas;
que te den lo que no pude darte,
aunque yo te haya dado de todo,
nunca más volvere a molestarte;
te adoré, te perdí, ya ni modo.


Cuántas cosas quedaron prendidas
hasta dentro del fondo de mi alma,
cu
ántas luces dejaste encendidas
yo no sé cómo voy a apagarlas.


Ojal
á que mi amor no te duela
y te olvides de mi para siempre,
que se llenen de sangre tus venas
y que la vida te vista de suerte;
yo no sé si tu ausencia me mate,
aunque tengo mi pecho de acero;
pero nadie me diga cobarde,
sin saber hasta donde te quiero.


Cu
ántas cosas quedaron prendidas
hasta dentro del fondo de mi alma,
cu
ántas luces dejaste encendidas
yo no sé cómo voy a apagarlas.


Ojalá, y que te vaya muy bonito... 


José Alfredo Jiménez