domingo, 24 de junio de 2012

Papaver somniferum






Manos pequeñas;
colores y luces.
Las primeras mezclas.
Los deditos torneados
manchados de tiza.
Los primeros trazos.

¿Qué hay de desayuno, Madre?
Opio.


El contacto infantil;
descubrir,
conocer,
participar.
Inventar quimeras.
Lo instintivo;
el reflejo de un principio.

¿Qué hay de comer, Padre?
Opio.


Dudas, pubertad…
Los terrores.
La inseguridad del Yo;
la pretensión del ¿puedo?.
Comenzar la base
de tu patrón de existencia.

¿Qué hay de cena, Mundo?

Máscaras, antifaces, mentiras.
Desinformación, sobreinformación.
Incultura…
y mucho absurdo.

Coerción.
Inmovilismo.
Manipulación.
Especulación.
Injusticia.

Y Opio…
Un dulce lecho de adormidera.
Un Circo inmenso hecho de Opio.

 
Kayele
(Equilibrista en la Sombra, X)

jueves, 21 de junio de 2012

La Rebelión de las Masas III


La rebelión de las masas puede, en efecto, ser tránsito a una nueva y sin par organización de la humanidad, pero también puede ser una catástrofe en el destino humano. 
[...]

Es claro que toda vieja cultura arrastra en su avance tejidos caducos y no parva cargazón de materia córnea, estorbo a la vida y tóxico residuo. Hay instituciones muertas, valoraciones y respetos supervivientes y ya sin sentido, soluciones indebidamente complicadas, normas que han probado su insustancialidad. Todos estos elementos de la acción directa, de la civilización, demandan una época del frenesí simplificador. 
 [...] 

Todo el crecimiento de posibilidades concretas que ha experimentado la vida corre riesgo de anularse a sí mismo al topar con el más pavoroso problema sobrevenido en el destino europeo y que de nuevo formulo: se ha apoderado de la dirección social un tipo de hombre a quien no interesan los principios de la civilización. No los de ésta o los de aquélla, sino -a lo que hoy puede juzgarse- los de ninguna.
[...]  

Significa que el hombre hoy dominante es un primitivo, un Naturmensch emergiendo en medio de un mundo civilizado. 
[...]  

El hombre-masa no atiende a razones, y sólo aprende en su propia carne. […] Porque repárese en cuál es la situación actual: mientras, evidentemente, todas las demás cosas de la cultura se han vuelto problemáticas -la política, el arte, las normas sociales, la moral misma-, hay una que cada día comprueba, de la manera más indiscutible y más propia para hacer efecto al hombre-masa, su maravillosa eficiencia: la ciencia empírica. Cada día facilita un nuevo invento que ese hombre medio utiliza; cada día produce un nuevo analgésico o vacuna, de que ese hombre medio se beneficia. Todo el mundo sabe que, no cediendo la inspiración científica, si se triplicasen o decuplicasen los laboratorios, se multiplicarían automáticamente riqueza, comodidades, salud, bienestar. ¿Puede imaginarse propaganda más formidable y contundente en favor de un principio vital? ¿Cómo, no obstante, no hay sombra de que las masas se pidan a sí mismas un sacrificio de dinero y de atención para dotar mejor la ciencia? Lejos de eso, la posguerra ha convertido al hombre de ciencia en el nuevo paria social. Y conste que me refiero a físicos, químicos, biólogos -no a los filósofos-. La filosofía no necesita ni protección, ni atención, ni simpatía de la masa. Cuida su aspecto de perfecta inutilidad, y con ello se liberta de toda supeditación al hombre medio. […]¿Cómo va a pretender que nadie la tome en serio, si ella comienza por dudar de su propia existencia, si no vive más que en la medida en que se combata a sí misma, en que se desviva a sí misma? 
[...]  

El europeo que empieza a predominar -esta es mi hipótesis- sería, relativamente a la compleja civilización en que ha nacido, un hombre primitivo, un bárbaro emergiendo por escotillón, un «invasor vertical». 

IX, Primitivismo y Técnica
Primera parte, La Rebelión de las Masas



Da grima oír hablar sobre los temas más elementales del día a las personas relativamente más cultas. Parecen toscos labriegos que con dedos gruesos y torpes quieren coger una aguja que está sobre una mesa. Se mangan, por ejemplo, los temas políticos y sociales con el instrumental de conceptos romos que sirvieron hace doscientos años para afrontar situaciones de hecho doscientas veces menos sutiles.
[...]
 
Pero si usted, encima de ser viejo, y, por lo tanto, de que su vida empieza a ser difícil, ha perdido la memoria del pasado, no aprovecha usted su experiencia, entonces todo son desventajas. Pues yo creo que esta es la situación de Europa. Las gentes más «cultas» de hoy padecen una ignorancia histórica increíble. 
[...]
 
Movimientos típicos de hombres-masa, dirigidos, como todos los que lo son, por hombres mediocres, extemporáneos y sin larga memoria, sin «conciencia histórica», se comportan desde un principio como si hubiesen pasado ya, como si acaeciendo en esta hora perteneciesen a la fauna de antaño. 
[...]
 
Con el pasado no se lucha cuerpo a cuerpo. El porvenir lo vence porque se lo traga. Como deje algo de él fuera, está perdido. Uno y otro -bolchevismo y fascismo- son dos seudoalboradas; no traen la mañana de mañana, sino la de un arcaico día, ya usado una y muchas veces; son primitivismo. Y esto serán todos los movimientos que recaigan en la simplicidad de entablar un pugilato con tal o cual porción del pasado, en vez de proceder a su digestión. 
[...]
 
El pasado tiene razón, la suya. Si no se le da esa que tiene, volverá a reclamarla y, de paso, a imponer la que no tiene. 
[...]

El tema que persigo en estas páginas es políticamente neutro, porque alienta en estrato mucho más profundo que la política y sus dimensiones. No es más ni menos masa el conservador que el radical, y esta diferencia -que en toda época ha sido muy superficial- no impide ni de lejos que ambos sean un mismo hombre, vulgo rebelde. […] Necesitamos de la historia íntegra para ver si logramos escapar de ella, no recaer en ella. 


X, Primitivismo e Historia
Primera parte, La Rebelión de las Masas



El nuevo hecho social que aquí se analiza es este: la historia europea parece, por vez primera, entregada a la decisión del hombre vulgar como tal. O dicho en voz activa: el hombre vulgar, antes dirigido, ha resuelto gobernar el mundo. […] Si atendiendo a los efectos de vida pública se estudia la estructura psicológica de este nuevo tipo de hombre-masa, Se encuentra lo siguiente: l.º,una impresión nativa y radical de que la vida es fácil, sobrada, sin limitaciones trágicas; por lo tanto, cada individuo medio encuentra en sí una sensación de dominio y triunfo que, 2.º, le invita a afirmarse a sí mismo tal cual es, dar por bueno y completo su haber moral e intelectual. Este contentamiento consigo le lleva a cerrarse para toda instancia exterior, a no escuchar, a no poner en tela de juicio sus opiniones y a no contar con los demás. Su sensación íntima de dominio le incita constantemente a ejercer predominio. Actuará, pues, como si sólo él y sus congéneres existieran en el mundo; por lo tanto, 3.º, intervendrá en todo imponiendo su vulgar opinión sin miramientos, contemplaciones, trámites ni reservas, es decir, según un régimen de «acción directa». 
[...]
 
Este personaje, que ahora anda por todas partes y dondequiera impone su barbarie íntima, es, en efecto, el niño mimado de la historia humana. El niño mimado es el heredero que se comporta exclusivamente como heredero. 
[...]
 
Toda vida es lucha, el esfuerzo por ser sí misma. Las dificultades con que tropiezo para realizar mi vida son precisamente lo que despierta y moviliza mis actividades, mis capacidades. 
[...]
 
El resultado es esa específica bobería de las viejas noblezas, que no se parece a nada y que, en rigor, nadie ha descrito todavía en su interno y trágico mecanismo; el interno y trágico mecanismo que conduce a toda aristocracia hereditaria a su irremediable degeneración. […] Un mundo sobrado de posibilidades produce automáticamente graves deformaciones y viciosos tipos de existencia humana.
[...]

La forma más contradictoria de la vida humana que puede aparecer en la vida humana es el «señorito satisfecho». 
[...]

Un ventarrón de farsa general y omnímoda sopla sobre el terruño europeo. Casi todas las posiciones que se toman y ostentan son internamente falsas. […] Es la época de las «corrientes» y del «dejarse arrastrar». Casi nadie presenta resistencia a los superficiales torbellinos que se forman en arte o en ideas, o en política, o en los usos sociales. Por lo mismo, más que nunca, triunfa la retórica. 


X, La Época del "Señorito Satisfecho"
Primera parte, La Rebelión de las Masas 


José Ortega y Gasset
El Sol, 1926

jueves, 14 de junio de 2012

Fantasmas



"Habría sido más llevadero, sin duda, que en lugar de la amarga lucidez que impregnaba cada uno de sus actos, el capitán Alatriste hubiera gozado de los dones magníficos de la estupidez, el fanatismo o la maldad. Porque sólo los estúpidos, los fanáticos o los canallas viven libres de fantasmas, o de remordimientos."


Capítulo: Viejos amigos y enemigos.
El Oro del Rey.

Arturo Pérez Reverte


sábado, 9 de junio de 2012

Ranita


Fotografía: Jorge Panizo




Me dice el Humo
a veces,
 susurrando: 

"¡Ay!, 
cómo va cubriendo de arena
 tu esmeralda,
 ranita.

 Yo que era materia, 
 mezcla de razas, 
orgullo de la tierra… 
 Me diluyo en el espacio, 
ardo de vacío en el aire. 

Cuán bien te entiendo ahora, 
 ranita; 
el jolgorio apasionado de tu sangre 
 se diluye también 
en mi torbellino de adioses. 
¡Que rápido es para ti el oleaje!


Kayele
(Equilibrista en la Sombra, XXIII)


martes, 5 de junio de 2012

La Rebelión de las Masas II


Segunda selección de fragmentos de La Rebelión de las Masas: Ortega saca el puñal y arremete sin piedad ninguna; todavía sigo dándole vueltas. Con él te dejo.




Esto nos lleva a apuntar en el diagrama psicológico del hombre-masa actual dos primeros rasgos: la libre expansión de sus deseos vitales -por lo tanto, de su persona, y la radical ingratitud hacia cuanto ha hecho posible la facilidad de su existencia. Uno y otro rasgo componen la conocida psicología del niño mimado. […] Mimar es no limitar los deseos, dar la impresión a un ser de que todo le está permitido y a nada está obligado. […] 
A fuerza de evitarle toda presión en derredor, todo choque con otros seres, llega a creer efectivamente que sólo él existe, y se acostumbra a no contar con los demás, sobre todo a no contar con nadie como superior a él.
[...]

Ningún ser humano agradece a otro el aire que respira, porque el aire no ha sido fabricado por nadie: pertenece al conjunto de lo que «está ahí», de lo que decimos «es natural», porque no falta. Estas masas mimadas son lo bastante poco inteligentes para creer que esa organización material y social, puesta a su disposición como el aire, es de su mismo origen, ya que tampoco falla, al parecer, y es casi tan perfecta como la natural. […]
Así se explica y define el absurdo estado de ánimo que esas masas revelan: no les preocupa más que su bienestar, y, al mismo tiempo, son insolidarias de las causas de ese bienestar. Como no ven en las ventajas de la civilización un invento y construcción prodigiosos, que sólo con grandes esfuerzos y cautelas se pueden sostener, creen que su papel se reduce a exigirlas perentoriamente, cual si fuesen derechos nativos.


VI, Comienza la disección del Hombre-masa
Primera parte, La Rebelión de las Masas



Mas el hombre que analizamos se habitúa a no apelar de sí mismo a ninguna instancia fuera de él. Está satisfecho tal y como es. Igualmente, sin necesidad de ser vano, como lo más natural del mundo, tenderá a afirmar y dar por bueno cuanto en sí halla: opiniones, apetitos, preferencias o gustos. ¿Por qué no, si, según hemos visto, nada ni nadie le fuerza a caer en la cuenta de que él es un hombre de segunda clase, limitadísimo, incapaz de crear ni conservar la organización misma que da a su vida esa amplitud y contentamiento, en los cuales funda tal afirmación de su persona?
[...]

Recuérdese que al comienzo distinguíamos al hombre excelente del hombre vulgar diciendo que aquél es el que se exige mucho a sí mismo, y éste, el que no se exige nada, sino que se contenta con lo que es, y está encantado consigo.
[...]

La nobleza se define por la exigencia, por las obligaciones, no por los derechos.
[...]

Para mí, nobleza es sinónimo de vida esforzada, puesta siempre a superarse a sí misma, a trascender de lo que ya es hacia lo que se propone como deber y exigencia. De esta manera, la vida noble queda contrapuesta a la vida vulgar o inerte, que, estáticamente, se recluye en sí misma, condenada a perpetua inmanencia, como una fuerza exterior no la obligue a salir de sí. De aquí que llamemos masa a este modo de ser hombre, no tanto porque sea multitudinario, cuanto porque es inerte.


VI, Vida Noble y Vida Vulgar, o Esfuerzo e Inercia
Primera parte, La Rebelión de las Masas



Eso es precisamente tener obliterada, hermética, el alma. En este caso se trataría de hermetismo intelectual. La persona se encuentra con un repertorio de ideas dentro de sí. Decide contentarse con ellas y considerarse intelectualmente completa. Al no echar de menos nada fuera de sí, se instala definitivamente en aquel repertorio. He ahí el mecanismo de la obliteración. El hombre-masa se siente perfecto. Un hombre de selección, para sentirse perfecto, necesita ser especialmente vanidoso, y la creencia en su perfección no está consustancialmente unida a él, no es ingenua, sino que llega de su vanidad, y aun para él mismo tiene un carácter ficticio, imaginario y problemático.
[...]

Nos encontramos, pues, con la misma diferencia que eternamente existe entre el tonto y el perspicaz. Éste se sorprende a sí mismo siempre a dos dedos de ser tonto; por ello hace un esfuerzo para escapar a la inminente tontería, y en ese esfuerzo consiste la inteligencia. El tonto, en cambio, no se sospecha a sí mismo: se parece discretísimo, y de ahí la envidiable tranquilidad con que el necio se asienta e instala en su propia torpeza
[...]

El tonto es vitalicio y sin poros. Por eso decía Anatole France que un necio es mucho más funesto que un malvado. Porque el malvado descansa algunas veces; el necio, jamás.
No se trata de que el hombre-masa sea tonto. Por el contrario, el actual es más listo, tiene más capacidad intelectiva que el de ninguna otra época. Pero esa capacidad no le sirve de nada; en rigor, la vaga sensación de poseerla le sirve sólo para cerrarse más en sí y no usarla. De una vez para siempre consagra el surtidor de tópicos, prejuicios, cabos de ideas o, simplemente, vocablos hueros que el azar ha amontonado en su interior, y con una audacia que sólo por la ingenuidad se explica, los impondrá dondequiera. […] no que el vulgar crea que es sobresaliente y no vulgar, sino que el vulgar proclame e imponga el derecho de la vulgaridad o la vulgaridad como un derecho.
[...]

Hoy, en cambio, el hombre medio tiene las «ideas» más taxativas sobre cuanto acontece y debe acontecer en el universo. Por eso ha perdido el uso de la audición. ¿Para qué oír, si ya tiene dentro cuanto falta? Ya no es sazón de escuchar, sino, al contrario, de juzgar, de sentenciar, de decidir. No hay cuestión de vida pública donde no intervenga, ciego y sordo como es, imponiendo sus «opiniones».
[...]

La escasez de la cultura intelectual española, esto es, del cultivo o ejercicio disciplinado del intelecto, se manifiesta no en que se sepa más o menos, sino en la habitual falta de cautela y cuidados para ajustarse a la verdad que suelen mostrar los que hablan y escriben.
[...]

Pero otras era la violencia el medio a que recurría el que había agotado antes todos los demás para defender la razón y la justicia que creía tener. Será muy lamentable que la condición humana lleve una y otra vez a esta forma de violencia, pero es innegable que ella significa el mayor homenaje a la razón y la justicia. Como que no es tal violencia otra cosa que la razón exasperada. La fuerza era, en efecto, la ultima ratio. Un poco estúpidamente ha solido entenderse con ironía esta expresión, que declara muy bien el previo rendimiento de la fuerza a las normas racionales. La civilización no es otra cosa que el ensayo de reducir la fuerza a ultima ratio.


VII, Por qué las Masas intervienen en Todo, y por qué sólo intervienen violentamente
Primera parte, La Rebelión de las Masas


José Ortega y Gasset
El Sol, 1926


domingo, 3 de junio de 2012

Ella & Louis


Música: Can't We Be Friends (Ella Fitzgerald & Louis Armstrong with the Oscar Peterson quartet - 1956)


 


Can't we be friends? / ¿No podemos ser amigos?

I thought I'd found the man of my dreams / Pensé que había encontrado al hombre de mis sueños
Now it seems, this is how the story ends / Ahora parece que así es como termina la historia
He's going to turn me down and say / Va a rechazarme y decirme
"Can't we be friends?" / ¿No podemos ser amigos?

I thought for once it couldn't go wrong / Pensé que por una vez no podia salir mal
Not for long, I can see the way this ends / No por mucho tiempo, puedo ver el modo en que esto termina
He's going to turn me down and say / Va a rechazarme y decirme
"Can't we be friends?" / ¿No podemos ser amigos?

Never again / Nunca más
Through with love through with men / con el amor, con los hombres
They play their game / Ellos juegan su juego
Without shame, and who's to blame? / sin vergüenza, y ¿quién tiene la culpa?

I thought I'd found a man I could trust / Pensé que había encontrado un hombre en el que podía confiar
What a bust, this is how the story ends / ¡Qué chasco!, así es como termina la historia
He's going to turn me down and say / Va a rechazarme y decirme
"Can't we be friends?" / ¿No podemos ser amigos?


I thought I knew the weight from the shaft / Pensé que tenía la sartén por el mango
What a laugh, this is how our story ends / Qué risa, así es como termina nuestra historia
I'll let her turn me down and say / Le dejaré rechazarme y decirme
"Can't we be friends?" / ¿No podemos ser amigos?

I acted like a kid out of school / Actué como un niño de escuela
What a fool, now I see this is the end / Qué idiota, ahora veo que este es el fin
I'll let her turn me down and say / Le dejaré rechazarme y decirme
"Can't we be friends?" / ¿No podemos ser amigos?

What should I give / ¿Qué podría yo dar
Though she gave me the air? / aunque ella me diera el aire?
Why should I cry / ¿Por qué debería llorar
Heave a sigh and wonder why? / suspirar y preguntarme por qué?

I should have seen the signal to stop / Debería haber visto la señal de parada
What a flop, this is how the story ends / Qué fiasco, así es como termina la historia
I'll let him turn me down and say / Le dejaré rechazarme y decirme
"Can't we be friends?" / ¿No podemos ser amigos?

Can't we be? Can't we be?
Can't we be friends?