Añoro…
el timbre de tu flauta
repicando en las paredes.
Es la única lengua
que deseaste dominar.
No pude comprender
los contrapuntos sincopados
de tu extraño discurrir;
la distribución desacompasada
de tu pensamiento.
Y mi voz destemplada,
carente de armónicos,
trata en vano
de resonar en tu alma,
de dar a tierra.
Analfabeta orgullosa…
poco más quedó que hacer.
No hubo nada que hacer.
Nada que aprender.
Igualmente...
tú ya te estabas marchando.
Kayele
(Las Especies)
Música: Solo Flute (Dead Can Dance - Toward the Within, 1994)
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