sábado, 1 de octubre de 2011

Darle la vuelta

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Y por muchas vueltas que le doy, llego siempre a la misma conclusión... vivimos en una sociedad enferma, injusta, inmisericorde, brutal... vivimos en nuestras burbujas de realidad y no queremos ver qué pasa fuera. No queremos ver.

Recuerdo que Hermann Hesse, creo que era en El Lobo Estepario, llegaba a la conclusión de que todos somos culpables desde que nacemos, porque formamos parte del conjunto; se me quedó grabado aquello. No se trata de un sentimiento cristiano, ni es cosa de pecado (Por mi culpa, por mi culpa... por mi grandísima culpa).
Simplemente lo que ocurre cerca, tiene su contrapartida en otro lugar; somos tod@s partícipes de la vida que vivimos, aunque querríamos mirar hacia otro lado; todos los privilegios que disfrutamos en el "primer mundo" desde que somos niñ@s son arrancados de otra parte, son trasmitidos y dejan a su paso miseria, pobreza o destrucción. El egoísmo de los pueblos, unos contra otros; la ambición de las personas, unas contra otras. Tratamos de tirar siempre del hilo un poco más en nuestra propia dirección. Hemos de ser concientes de nuestra corresponsabilidad en cómo marchan las cosas.

Hay quien dice que todas las grandes civilizaciones caen bajo el peso de su propia corrupción.

Las revoluciones ocurren fuera, sí. Pero también dentro.





Fragmento de El Gran Dictador (1940)

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