miércoles, 8 de septiembre de 2010

El Cajón de las Luciérnagas


Borja Morales
, compadre y compañero de verso desde antaño. Locuelo sin reposo; ser mitad de carne y mitad de luz, siempre como flotando en una nube.
Hoy quería compartir contigo algunos poemas de su último libro,
El Cajón de las Luciérnagas.

Cuando éramos mozos se me ocurrió un día que la poesía era como una enfermedad de juventud, que pasa con los años; quizá se nos hizo crónica.




Amo el osado rincón
de tu espalda madura,
la arquitectura de tus caderas
replicando a mis manos,
me hieren tus intenciones
con la suavidad de una pluma.

Hay tan poco que ocultar...
somos forajidos
en tierra de nadie.

Hablemos con desnudez.


***


Como muerta...
vencida y sin sábanas,
desplomada en silencio,
tu rostro dormido
me estremece,
como si fuera un niño...
dame cincel de tiempo
para hechizar los sueños
y encontrarte muda
entre mis brazos
y ya no quisiera despertarme...
habré dormido amor
en tus cubres eternas
llenas de encantos,
habré caído
como manzana madura
a la tierra fértil
de tus labios.

***


Aquí estoy,
en mitad de tu ser
y en medio de la nada,
tratando de descifrar
los nombres útiles
de las cosas,
pero si estoy en mitad de tu ser
y en medio de la nada
lo útil no tiene sentido,
las piedras no responden en apariencia,
sin embargo el eco
está lleno de tus sonidos ondulantes.

El espacio diluye la forma.

Mi forma se diluye cuando te contempla.


Borja Morales
El Cajón de las Luciérnagas (autoedición, 2009)


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