Fotografía: Jorge Panizo
Me dice el Humo
a veces,
susurrando:
"¡Ay!,
cómo va cubriendo de arena
tu esmeralda,
ranita.
Yo que era materia,
mezcla de razas,
orgullo de la tierra…
Me diluyo en el espacio,
ardo de vacío
en el aire.
Cuán bien te entiendo ahora,
ranita;
el jolgorio apasionado de tu sangre
se diluye también
en mi torbellino de adioses.
¡Que rápido es para ti
el oleaje!"
Kayele
(Equilibrista en la Sombra, XXIII)
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