"Habría sido más llevadero, sin duda, que en lugar de la amarga lucidez
que impregnaba cada uno de sus actos, el capitán Alatriste hubiera
gozado de los dones magníficos de la estupidez, el fanatismo o la
maldad. Porque sólo los estúpidos, los fanáticos o los canallas viven
libres de fantasmas, o de remordimientos."
Capítulo: Viejos amigos y enemigos.
El Oro del Rey.
Arturo Pérez Reverte
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