Me
invitaste a una ventana
para
ver nacer el día;
como
a una muchacha
me
sentaste a tu lado.
El
secarral de tomillo,
romero y lavanda
reverdecía
con
el relente temprano;
una
neblina inmaterial
lo
recubría de incandescencias.
El
cielo empañado de color,
líneas de horizonte,
gamas imposibles...
Un
sol imponente
devorando los azules;
paletas
de malva y rojo
estallándome
en el pecho.
Luz
de un blanco indefinible,
pura
y tibia claridad...
me atravesó
como aire,
me
mezcló como agua.
Y
tú.
Callado.
Sólo...
en tus ojos... la locura.
Deseo
en tu boca bermeja.
Mordí
un pedazo de tu corazón, ¡ay!,
con
brisa de la mañana.
y me supo a brezo,
a néctar, a alborada,
y me supo a olivo, a entrega,
a tierra dulce y a abejas,
un
gusto a savia nueva y albahaca.
Mordí
un pedazo de tu corazón, ¡ay!,
con
brisa de la mañana.
Kayele
(Las Especies)
Música: Red Wine - (Mannheim Steamroller, Fresh Aire 4 - 1981)
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